miércoles, 21 de julio de 2010

Poema de Federico García Lorca a Iglesias Brage


Federico García Lorca
Poemas del cante jondo
1921

A Francisco Iglesias

Arqueros

Los arqueros oscuros
a Sevilla se acercan.

Guadalquivir abierto.

Anchos sombrero grises,
largas capas lentas.

¡Ay, Guadalquivir!

Vienen de los remotos
países de la pena.

Guadalquivir abierto.

Y van a un laberinto.
Amor, cristal y piedra.

¡Ay, Guadalquivir!

Noche

Cirio, candil,
farol y luciérnaga.

La constelación
de la saeta.

Ventanitas de oro
tiemblan,
y en la aurora se mecen
cruces superpuestas.

Cirio, candil,
farol y luciérnaga.

Sevilla

Sevilla es una torre
llena de arqueros finos.

Sevilla para herir.
Córdoba para morir.

Una ciudad que acecha
largos ritmos,
y los enrosca
como laberintos.
Como tallos de parra
encendidos.

Sevilla para herir.

Bajo el arco del cielo,
sobre su llano limpio,
dispara la constante
saeta de su río.

Córdoba para morir.

Y loca de horizonte
mezcla en su vino,
lo amargo de don Juan
y lo perfecto de Dionisio.

Sevilla para herir.
¡Siempre Sevilla para herir!

Procesión

Por la calleja vienen
extraños unicornios.
¿De qué campo,
de qué bosque mitológico?
Más cerca,
ya parecen astrónomos.
Fantásticos Merlines
y el Ecce Homo,
Durandarte encantado.
Orlando furioso.

Paso

Virgen con miriñaque,
virgen de la Soledad,
abierta como un inmenso
tulipán.
En tu barco de luces
vas
por la alta marea
de la ciudad,
entre saetas turbias
y estrellas de cristal.
Virgen con miriñaque
tú vas
por el río de la calle,
!hasta el mar!

Saeta

Cristo moreno
pasa
de lirio de Judea
a clavel de España.

¡Miradlo, por dónde viene!

De España.
Cielo limpio y oscuro,
tierra tostada,
y cauces donde corre
muy lenta el agua.
Cristo moreno,
con las guedejas quemadas,
los pómulos salientes
y las pupilas blancas.

¡Miradlo, por dónde va!

Balcón

La Lola
canta saetas.
Los toreritos
la rodean,
y el barberillo
desde su puerta,
sigue los ritmos
con la cabeza.
Entre la albahaca
y la hierbabuena,
la Lola canta
saetas.
La Lola aquella,
que se miraba
tanto en la alberca.

Madrugada

Pero como el amor
los saeteros
están ciegos.

Sobre la noche verde,
las saetas,
dejan rastros de lirio
caliente.

La quilla de la luna
rompe nubes moradas
y las aljabas
se llenan de rocío.

¡Ay, pero como el amor
los seateros
están ciegos!

viernes, 7 de mayo de 2010



Iglesias Brage no era sólo un héroe nacional, famoso en un sector punta de la técnica, como era en aquel momento la aviación y muy conocido en América por su proeza; ni tan sólo un gran hombre de empresa, capaz de organizar una gran expedición en la que implicó a todos los organismos de relevancia de su país, y al mismo gobierno, por medio de un patronato oficial, con sus proyectos, presupuestos, publicaciones, etc., y que despertó un enorme entusiasmo entre sus compatriotas. Era algo más que todo eso, por sus dotes personales, su simpatía, su cultura y su talante abierto y jovial y sus tendencias personales políticamente incorrectas. En Madrid frecuentó al grupo de poetas y escritores que hoy denominamos generación del 27, y que se reunían a menudo en casa delencargado de la embajada chilena, Carlos Morla, que nos ha dejado una narración de sus contactos con García Lorca, Manolo Altolaguirre, Vicente Huidobro

jueves, 25 de marzo de 2010


Iglesias (1900/1973) y Jiménez (1898/1959) fueron los dos aviadores que a bordo del “Jesús del Gran Poder”2, intentaron, en el año 1928, batir el récord de distancia pero se vieron obligados a aterrizar a uno 50 km. de Bahía (Brasil) después de haber recorrido más de 6000 km.